De tal forma que todo parece otra vez virgen e impoluto gracias también a los sutiles cambios en la iluminación de los colosales roquedales que rodean la villa.
En esta ocasión realizamos varios recorridos a cual más prometedores. Y las expectativas se vieron plenamente cumplidas en nuestra visita a los restos del castillo árabe, el barrio alto de la villa, el prominente paraje de La Carrasquilla y el inefable barranco de Lauzeca.
Las lluvias han permitido que el monte esté de estreno. Un verde apabullante nos ha acompañado durante todo el viaje. Y un cielo plomizo descargaba de cuando en cuando abundantes gotitas de agua que cual fulgurantes zafiros lucían su efímero resplandor.
Con posterioridad las gotas de agua se reúnen en el Mesa o bien descienden a las profundidades de las inmensas paredes verticales que, en su momento, se formaron con materiales calizos del Cretácico. De allí -ya caldeadas- emergen de nuevo en multitud de surgencias termales que tanta fama le han otorgado al pueblo.
Los tremendos roquedades -mudos gigantes erguidos con solemnidad- nos contemplaban silenciosos respetando nuestro atónito asombro. Al visitante no le hace falta hablar. Más bien se suele quedar sin palabras ante la contundencia con la que se muestra la naturaleza por esos lares.
No es solo que Jaraba tenga encanto; es que uno siempre se queda encantado cuando lo visita.
El cicerone Serafín entregado a sus explicaciones |
Contraste piedra-vegetación |
Multitud de cabañas y cuevas naturales nos acompañan en el recorrido |
Ababoles. Poco más hay que decir |
Preciosa hilera de margaritas bordeando el camino |
Tengo auténtica devoción por los corrales "escachaus" |
Super salvia en todo su esplendor |
Vista parcial de la vega |
Vista ampliada de la vega |
Guijarros sedimentados que vuelven a emerger |
"El peirón" |
¡Vaya par de pájaros! |
Vista desde el castillo árabe |
Baños de Serón |
Disuasión de antaño |
Contraste de matices |
Escudo heráldico (I) |
Escudo heráldico (II) |
Virgen de Jaraba (Cerámica antigua) |
Bandera de Jaraba |
Subiendo a la Chaparrilla (I) |
Subiendo a la Chaparrilla (II) |
Vista desde La Chaparrilla |
La alegría de coronar la cima |
Corral aprovechando una oquedad |
¡ Gran cara de satisfacción tienen ustedes ! y poesía y buena prosa, para alabar las maravillas de Jaraba. Algo tiene que haber escondido para que Jaraba nos venda paz y tranquilidad con sus balnearios. Todo tiene su encanto, y si encima lleva usted un guía apasionado con su tierra que te voy a decir. Buen documento han preparado de natura viva,Un abrazo de Javier y saludos a Serafín.
ResponderEliminar