Cada día sabemos más y entendemos menos (Albert Einstein)
De las lecturas de la revista sobre la conciencia me ha parecido especialmente revelador un artículo de Michael Graziano por su original -y a veces sorprendente- enfoque.
Me he animado a experimentar en mi rol de traductor para ir cogiendo un poco de práctica y ver lo que da de si. Esta es la primera de dos entregas.
Aquí tenéis el texto traducido al español.
"La conciencia es un fenómeno de ingeniería"(*)
Una posible razón para la existencia de experiencia subjetiva es que emerge de la forma en que nuestro cerebro se regula a si mismo.
(*) Michael Graziano
Neurocientífico y psicólogo en la Universidad de Princeton y autor de libros entre los que se encuentran "Repensando la conciencia: una teoría científica de la experiencia subjetiva".
(Artículo de la revista "New Scientist" Essential Guide Nº 12)
Traducción: JL Pueyo
La ingeniería y la ciencia robótica en particular nos dicen que cada dispositivo bien controlado necesita un modelo, un bosquejo rápido de lo que controla. Nosotros ya sabemos desde la neurociencia cognitiva que el cerebro construye muchos modelos internos, paquetes de información que representan detalles en el mundo real. Estos modelos son descripciones simplificadas útiles pero no enteramente precisas.
Por ejemplo, el cerebro tiene un modelo del cuerpo llamado el esquema corporal que ayuda a controlar los movimientos de las extremidades. Cuando alguien pierde un brazo, el modelo del brazo puede permanecer en el cerebro; así las personas pueden informar que sienten un fantasmal miembro fantasma porque todos tenemos modelos internos de nuestros miembros reales que simplemente hacen que sea más obvio si el miembro real ha desaparecido.
Por la misma lógica ingenieril el cerebro necesita modelar muchos aspectos de sí mismo para ser capaz de monitorizarse y controlarse. Necesita una suerte de cerebro fantasma. Una parte de este auto-modelo puede que sea particularmente importante para la conciencia. He aquí por qué.
Demasiada información fluye a través del cerebro en cualquier momento para que todo sea procesado con la misma profundidad. Para manejar ese problema el sistema evolucionó en una dirección que focaliza sus recursos y cambia ese foco estratégicamente de objeto a objeto: de los objetos más cercanos a un sonido distante o a un evento interno como una emoción o un recuerdo. La atención es la vía principal por la que el cerebro dimensiona la información y la procesa en profundidad.
Para controlar esta atención itinerante el cerebro necesita un modelo al cual yo le llamo "el esquema de atención".
La teoría del esquema de atención explica por qué la gente piensa que hay un problema difícil de conciencia en absoluto.
La eficiencia requiere el modelo más rápido y sucio posible así que el esquema de atención deja de lado todos los pequeños detalles de señales y neuronas y sinapsis. En cambio el cerebro describe una versión simplificada de él mismo, entonces lo informa como una fantasmal no física esencia, una habilidad mágica para poseer objetos mentalmente.
La introspección -o la cognición accediendo a la información interna- nunca puede devolver ninguna otra respuesta. Es como una máquina atrapada en un bucle lógico. El esquema de atención es como un espejo que se refleja a si mismo: es la representación cerebral de cómo el cerebro representa cosas y es un ejemplo específico de pensamiento altamente ordenado. En este sentido la conciencia no es tanto una ilusión como una caricatura de si misma.
Una gran ventaja de esta idea es que da una razón simple, directa de control ingenieril, por qué el rasgo de la conciencia evolucionó en primer lugar. Sin la habilidad de monitorear y regular tu atención serías incapaz de controlar tus acciones en el mundo..
Esto hace el esquema de atención esencial para la supervivencia. Conciencia desde este punto de vista no es sólo humo y espejos sino una pieza crucial de la máquina. Ella, probablemente coe-volucionó con la habilidad de focalizar la atención, de la misma manera que el esquema del brazo co-evolucionó con el brazo. En cuyo caso se habría originado tan pronto como hace quinientos millones de años.
A veces la mejor manera de entender una cosa es tratar de construirla. De acuerdo con esta nueva idea deberíamos ser capaces de implementar algo parecido a la conciencia dentro de una máquina. Eso requeriría solo cuatro ingredientes:
- Atención artificial
- Un modelo de esa atención
- El rango correcto de contenido (información sobre cosas como sentidos y emociones)
- Un sofisticado motor de búsqueda para acceder a modelos internos y hablar sobre ellos
El primer componente, atención, es uno de los procesos más básicos en la mayoría de los sistemas nerviosos. Es bellamente descrito por la teoría del espacio de trabajo global. Si miras a un objeto como una manzana, las señales cerebrales relacionadas con la manzana pueden crecer en fuerza y consistencia. Con suficiente mejora atencional estas señales pueden alcanzar un umbral donde logran el encendido y entran en el espacio de trabajo global. La información visual sobre la manzana llega a estar disponible para sistemas alrededor del cerebro, como sistemas veloces que te permiten hablar sobre la manzana, sistemas motores que te permiten llegar a ella, sistemas cognitivos que te permiten tomar decisiones de alto nivel sobre ello y sistemas de memoria que te permiten almacenar ese momento para un posible uso posterior.
Bueno, José Luis, un trabajo potente estás desarrollando con las cavilaciones de Michael.
ResponderEliminarPara mi resulta difícil de asimilar, pero bueno, ya sabes que en este mundo profundo los entusiastas y científicos marcan el camino.
Saludos José Luis.
Si, son contenidos complejos pero siempre se queda uno con al menos un barniz informativo sobre los últimos avances en el complejo campo de la conciencia.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tu comentario