Cuando apuntas con el dedo, recuerda que otros tres dedos te señalan a ti.
Proverbio inglés
Hubo una época en la que la llamada a los bomberos era el único recurso al que acudían los ciudadanos ante la presencia de una colonia de abejas en sus viviendas. Lo mismo ocurría cuando algún enjambre decidía asentarse en las cercanías de una zona peatonal frecuentada o, incluso, en alguna farola.
En esa época lejana de la que hablamos todavía no se había dado la voz de alarma por el declive de poblaciones de himenópteros. Más bien al contrario, los servicios de bomberos actuaban con rapidez y con "eficacia" desalojando de inmediato la zona y eliminando sin más contemplaciones la "molesta" colonia de abejas para así dejar despejado el camino.
Ya en el año 2002 se dio la alarma sobre un desconocido fenómeno que estaba menguando de forma radical las poblaciones de abejas. Se le puso el nombre de "Síndrome de colapso de las colonias".
La concatenación de múltiples factores (parásitos, mala alimentación, pesticidas y patógenos) está mermando de forma alarmante la población de abejas, abejorros y otros insectos polinizadores. A todo ello hay que añadir dos nuevos peligros: las especies invasoras (como el avispón asiático) y las temperaturas extremas debidas al cambio climático.
Así las cosas no es de extrañar que una nueva sensibilidad se haya instalado en el servicio de bomberos de Zaragoza. Y que de aquellos tiempos de intervención unilateral se haya pasado a una colaboración con los apicultores, a un plan de formación y -sobretodo- a una política de preservación de los enjambres de abejas que se instalan en nuestra ciudad.
Buena muestra de ello son las múltiples intervenciones que este año ha realizado el servicio de bomberos en nuestra ciudad. Todas ellas encaminadas a garantizar la seguridad de los ciudadanos pero también a preservar la vida salvaje siempre que ello sea posible.
En ese sentido la Asociación Zaragozana de Apicultura Urbana ha tenido el honor de colaborar con los bomberos en el rescate de una colonia de abejas asentada en el tronco de un olmo seco en la ribera del Ebro, en las cercanías de la Pasarela del Voluntariado.
Toda la operación fue concienzudamente preparada de manera conjunta y las actuaciones se llevaron a cabo al atardecer para molestar lo menos posible tanto a las abejas como a la ciudadanía. En este caso se optó directamente por cortar el tronco por su base y trasladarlo -con la colonia de abejas en su interior- hasta un lugar seguro en las cercanías de Zaragoza donde no exista ningún peligro para las personas y las abejas puedan reanudar su benéfica tarea polinizadora.
Los bomberos no escatimaron medios humanos y materiales con el fin de realizar exitosamente la tarea. Una labor profesional y callada que, desde estas líneas, quiero subrayar y agradecer.
Aquí os dejo un reportaje audiovisual de cómo se llevó a cabo la operación.
Y aquí una breve secuencia de la nueva vida del enjambre en su nueva ubicación.
Enhorabuena por la labor, y a los bomberos también, ese es el camino.
ResponderEliminarSecuencias del buen apicultor en todo su esplendor.
Saludos de Javier.