Día señalado, sí señor. Y que me traslada a mis tiempos de niñez cuando acompañaba, vestido de monaguillo, la comitiva que procesionaba por el pueblo.
Entre cánticos y vivas al Santo, los fieles iban recorriendo las estrechas callejuelas de la villa, mientras los vecinos, agrupados por calles avivaban las hogueras compitiendo también en altura de llamas.
Recuerdo el cántico de los más pequeños que, a modo de sonsonete repetíamos de cuando en cuando:
¡San Sebastián, como era galán
Su madre le hacía camisas de ran
Ran y ran!
Finalizada la procesión la chiquillería procedía a demostrar sus habilidades motrices desafiándose a ver quién saltaba más.
¡Viva San Sebastián!
No hay comentarios:
Publicar un comentario