Procesión con el cráneo de San Espiridón en Corfú (Grecia) |
Espiridón fue uno de los confesores cristianos a quienes el emperador Maximino mandó sacar el ojo derecho, cortar el nervio y desjarretar la pierna izquierda, y condenó a trabajar en las minas (¡Hay que ver cómo las gastaban algunos emperadores!).
Permaneció en su destierro durante algunos años, hasta que a la muerte de dicho emperador pudo volver a Chipre, donde ejerció de nuevo el oficio de pastor. Se casó y tuvo una hija.1 Pero enviudó tempranamente; su hija también murió joven.
En los tiempos del reinado de Constantino el Grande, cuando falleció el obispo de Tremitunte, el pueblo y el clero a una voz aclamaron como sucesor a Espiridón. Aunque él alegaba inútilmente su incapacidad para el cargo, recibió las sagradas órdenes y fue consagrado obispo.
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