Vivimos tan inmersos en el universo particular de cada uno que no llegamos a calibrar la gravedad de muchas situaciones que todavía se producen en el mundo. Vemos los telediarios como una suerte de "revista de variedades" sin hacernos cargo del sufrimiento de miles y miles de personas. Sólo nos llegan las imágenes. En la tele no se captan los sabores, los olores, las respiraciones entrecortadas, los gritos de sufrimiento de los oprimidos, de los maltratados, de los torturados....
Aplaudo la idea de las Naciones Unidas de dedicar un día a las Víctimas de la Tortura. Y, al mismo tiempo me percato -y me asombro- al constatar el limbo en el que hemos vivido los de nuestra generación creyendo que lo más natural era celebrar, a lo largo del año, la vida y milagros de todo el santoral de la iglesia católica.
¡Gracias, San Internet, por sacarnos de ese pozo de ignorancia!
- Enlace a la página dedicada al Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura.
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