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El impresionante avance de las TICs ha modificado de raíz la forma de entender el mundo, de relacionarse las personas y de gestionar los negocios. Y cada vez se hace más patente la brecha entre los países más adelantados y los que se quedan a la zaga.
La mayoría de las instituciones que tenían su sentido y fundamento en los usos y costumbres del siglo XX han quedado ya obsoletas. Hay que cambiar de arriba abajo la educación, la justicia, la forma de hacer negocios y de gestionarlos, los bancos, los seguros, la publicidad...
Nos encaminamos, por tanto, hacia un nuevo modelo de sociedad en el que las jerarquías van a quedar diluidas y la opinión de los ciudadanos cada vez tendrá más peso. Una sociedad que ya no se conforma con los viejos discursos al uso ni se cree a pie juntillas lo que dicen los tradicionales medios de comunicación. Que cada vez va a presionar más cuando perciba que las cosas no se hacen con justicia y trasparencia.
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Y lo preocupante es que, en nuestro país, todavía queda mucho por hacer al respecto. Muchas burocracias absurdas que eliminar, muchos protocolos que revisar, mucha gente que deberá aprender y formarse para lo que ya se nos está viniendo encima. Llevamos un retraso monumental y no hay visos de que la cosa vaya a cambiar. Sobretodo teniendo en cuenta la que está cayendo en el campo de la política. No hay liderazgo y lo que es peor: no hay trabajo.
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Cada año que pasa la brecha generacional se agranda más y los raídos discursos de los de siempre destacan por su vacuidad, por su inoperancia, por su intrascendencia, por su falta de coherencia...
La tercera revolución industrial está pillando a nuestro país tan desprevenido como las dos anteriores.
Un articulo muy interesante, pero que muy interesante, José Luís,. La conferencia de Javier Garcia, interpretando las situaciones actuales es futurible y llena de lógica, de razones y consustancial con lo que tienen que ser las cosas, llenas de sentido común y sin manipulación de los grandes lobies y mentalidades. La decencia es universal, el sufrimiento no tiene cabida, la justicia, tiene que ser directa y resolutiva. Las manipulaciones sobran, los vividores que se aprovechan de que todo está así montado, tienen que desaparecer. Y quién hará todo eso, el sentido común del pueblo, de las personas, que están aprendiendo a valorar los buenos principios. Con los medios de comunicación actuales se están tejiendo miles de ideas que van a ir apartando poco a poco a las instituciones caducas.Yo tengo fe. Has presentado un artículo de alto standing. Un abrazo de Javier.
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