Recuerdo que, de pequeño, en una ocasión que iba a esperar a alguien en la antigua estación de tren del Arrabal vi un cartel publicitario que me llamó la atención: "LAS PROPIEDADES DEL YUTE, YA NADIE LAS DISCUTE"
No sabía ni qué era el yute ni por qué motivo nadie discutía sus propiedades. En aquella época mi conocimiento de las fibras vegetales se limitaba al algodón y al esparto. Quizás por esa razón, el contenido del anuncio quedó grabado en mi mente. Ahora, con "San Google" me pongo rápidamente al tanto de las propiedades de esta exótica fibra y aprecio que, realmente, la planta que la proporciona -generosa con el medio ambiente- es un dechado de virtudes, todas ellas dignas de estudio.
Esta reflexión viene al hilo de la tendencia de algunas personas a la hora de plantearse preguntas y, sobretodo, de cuestionarse lo que ya parece establecido. Una tendencia que, como veremos, resulta ventajosa en los tiempos que corren.
Gracias a este cuestionamiento de lo que parecía obvio se han producido grandes avances en la humanidad. Desde el invento de la rueda hasta el primer automóvil a motor pasando por los miles y miles de dispositivos que nos acompañan en la vida moderna, todos ellos generados a partir del conflicto cognitivo y el pensamiento divergente.
Y no está de más recuperar de vez en cuando la frescura de los años infantiles y replantearnos muchos de nuestros posicionamientos sobre lo que, aparentemente, ya está establecido.
Sin ir más lejos, la situación económica y social que padecemos en España desde hace unos años nos daría mucho juego ya que no tenemos más que hacernos algunas preguntas "inocentes" y aventurar algunas respuestas divergentes pero siempre clarificadoras:
- ¿Se pueden sustituir los bancos por otras entidades que realmente contribuyan al bien común y al progreso de la sociedad?
* Pues creo que, agrupándonos los ciudadanos y gestionando honradamente cantidades de dinero aportadas entre todos, en un plazo razonable de tiempo, podríamos irnos olvidando de las entidades de crédito "tradicionales"
* Tal como está configurado, no tiene ningún sentido. Podríamos aprender del movimiento 15M y constituir micro-senados en la calle con capacidad de decisión y nulo gasto de mantenimiento.
- ¿Es verdad que los tiempos de crisis son también tiempos de oportunidades?
* Sin dudarlo digo que sí. Y también afirmo que es mucho más operativo ponerse en el modo "ver oportunidades" que repetir machaconamente lo mal que está todo, puesto que esta última insistente reflexión no nos conduce a ningún proceso de mejora.
- ¿Podría funcionar una sociedad sin políticos?
* Las sociedades modernas exigen, por operatividad, elegir representantes de las distintas tendencias y colectivos y deben existir también órganos con capacidad ejecutiva para llevar adelante los programas y los proyectos pero...
- ¿Quién ha dicho que para las reuniones haya que construir costosísimos edificios?
- ¿Por qué no utilizar con más profusión las ventajas de consultas por Internet?
- ¿Por qué no implantar el salario mínimo interprofesional para los cargos electos?
- ¿Y la posibilidad de despedir a los que lo hagan mal? Lo lógico sería pedir cuentas de cómo desempeñan su cargo. Hay muchos en la cola que esperan su turno.
- La renovación parcial de los cargos electos ineptos cada dos años sería, a mi entender, otra condición básica de una democracia representativa.
* Yo creo que no. El sistema debería ser mucho más flexible y plural. Se pueden constituir pequeñas comunidades apoyadas por las TIC (Tecnologías de la información y comunicación), haciendo más énfasis en un adecuado proceso socializador de los niños y jóvenes que promueva valores éticos y una educación personalizada.
- ¿Tiene sentido la familia nuclear como formato estándar de la sociedad?
* Pues la verdad es que, en la actualidad, ya conviven muchos modelos distintos de familia en nuestras sociedades más avanzadas. Analicemos todas las posibilidades y sopesemos ventajas e inconvenientes de los distintos formatos.
En fin. Si nos ponemos en plan divergente tendríamos cuerda para mucho rato. No se trata, sin embargo, sólo de teorizar. En la medida que podamos, poco a poco, podemos, cada uno de nosotros, contribuir al cambio y a la mejora de la sociedad...
Pues teorice usted, D. José Luís,buscar caminos menos costosos y más normalizados sería lo interesante, no hay más que ver como funcionan en Suiza, consultas puntuales de votación por internet y se cambian las diversas actuaciones. Como dices, con esta crisis algo aprenderemos, quizá a ser más responsables y a tomarnos las cosas en serio; por ahora hay mucho acoso al absurdo,a lo mal hecho, al vicio sin control, pero hay ciertos colectivos que no quieren saber nada de las buenas práxis, habrá que luchar para cambiar las cosas. Un abrazo de Javier. y FELIZ AÑO NUEVO.
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