La previsión de frío y nevadas para el fin de semana (no le llamaré a esto "mal tiempo") no me ha impactado especialmente. El viernes tomé la decisión de acudir al evento "La fiesta de las grullas" y, en principio, también me iba a acompañar mi señora. Finalmente, el tema del llamado "mal tiempo" ha hecho que mi esposa haya decidido quedarse en casa.
El recorrido hasta el centro de interpretación de la reserva natural de La Laguna de Gallocanta no ha tenido una relevancia especial: desde Zaragoza, por la autovía mudéjar hasta Calamocha, de allí a Tornos y antes de llegar a Bello se ubica el centro.
He tomado el camino que conduce hacia el Observatorio de La Reguera, con la emoción de pasear bajo una nevada intensísima. Todo el campo estaba ya cubierto con un manto de respetable grosor y la media hora, aproximada de caminata me ha servido para resarcirme del soso invierno Zaragozano y sentir de nuevo el helador contacto níveo. Ni qué decir tiene que las huellas que iba dejando en mi caminar, se cubrían rápidamente con nuevas aportaciones del blanco elemento, aún así he confiado en que quedaría algún resquicio o señal de mi paso con el fin de no perderme a la vuelta.
Entre unas cosas y otras se ha hecho la hora de comer. Siguiendo los consejos de la guía del centro, me he encaminado hacia Gallocanta y arribado, finalmente, al albergue donde también se sirven comidas.
De nuevo en solitario, he procedido al yantar constituido, en esta ocasión, de judías blancas con oreja de cerdo, codornices y un flan de postre. A pesar de ser comida para acompañar con vino he declinado su ingesta y he preferido agua mineral. El camarero, un tanto distante y el comedor vacío hay que imputarlos al "debe" de la experiencia gastronómica. La falta de música ambiental y el ruido producido -sin pudor alguno- por mesas y sillas en movimiento para preparar la colocación de un grupo que iba a venir han degradado un poco más, si cabe, lo que podía haber constituido un excelente broche de la excursión por la nieve.
Así es que no he perdido mucho tiempo en despedirme de los regidores del albergue y, de nuevo me he introducido en el Yaris para iniciar el viaje de regreso a casa.
Al llegar a Berrueco se ha producido una situación de cierta confusión pues ya no se veía prácticamente el indicador de la carretera hacia Tornos. Eso ha motivado que, al maniobrar para tomar la dirección adecuada, el coche haya patinado ostensiblemente en varias ocasiones. Afortunadamente la cosa se ha quedado sólo en el susto y, ya encaminado hacia Tornos, conduciendo con mucha precaución, he conseguido salir a la carretera que conduce a Calamocha.
Todavía ha sido necesario parar en Longares para echar una cabezada pues la digestión de las judías restaba sangre y oxígeno a mi cerebro. Subsanada la incidencia, he reemprendido el viaje y llegado felizmente a mi hogar.
La temperatura en la ciudad rozaba los 10 grados. Yo venía de los -2. Dicen que los cambios son buenos para apreciar lo que tienes. Desde luego hay que agradecer el calorcillo de la calefacción, pero pasar frío y recordar de vez en cuando otras sensaciones de la niñez también sirve para reencontrarte con retazos de tu pasado, con esos anclajes que nos recuerdan quiénes somos y nos hacen tirar para delante.
Parece que se ha ido utd. a ver las grullas a Sarajevo. Clima extremo y aventurero. La filmación del vídeo da fe de la ventisca, muy logrado. Esta foto con estas secuencias de frío la tendrás siempre en tu buchaca, como una secuencia de tu vida. Precioso periplo,...y los demás con las zapatillas en casa. ¡¡¡Eres único !!!. Un abrazo.
ResponderEliminarSoy testigo directa de que este "gran señor" fue el único valiente en aparecer a las visitas guiadas en La Laguna Gallocanta. Ya veo que cumpliste tu palabra y diste la vuelta completa.
ResponderEliminarTe felicito por el blog.
Un saludo: Carmen
Pst: te reenviaré la página para seguir detalladamente la ruta de las grullas.
Muchas gracias por tus cumplidos, Carmen. Desde luego, el centro de interpretación cuenta contigo con una gran profesional ¡Te felicito por tu dedicación y buen hacer!
ResponderEliminarEspero con curiosidad la dirección web para seguir con más detalle el periplo grullero. Saludos. JL