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viernes, 30 de marzo de 2018

Celebración

A los humanos nos gustan las celebraciones. Y también las tradiciones. Algo mágico tendrán las distintas festividades que año tras año conmemoramos. O simplemente el hecho de recordar determinados acontecimientos históricos, de repasar de nuevo hitos o eventos que, de alguna manera se consideran más significativos en el devenir de distintas colectividades.

En el plano internacional se recuerdan determinados hitos o tópicos. Naciones Unidas conmemora un importante número de eventos a lo largo de cada año. En este enlace podéis ver una muestra de los más importantes.

En España la mayoría de las celebraciones poseen una connotación religiosa. Ahí tenemos, sin ir más lejos, el impulso que ha tomado la Semana Santa en la mayor parte de las poblaciones de nuestro país. Es llegar estas fechas y llenarse las calles de pasos y penitentes todos ellos procesionando. Lo mismo podríamos afirmar de otros muchos acontecimientos festivos a los que nos entregamos con ferviente dedicación.

Pero también se celebran acontecimientos profanos. Hechos históricos o días señalados por la razón que sea. Ahí tenemos, por ejemplo, el día de la Constitución o la Fiesta Nacional a escala de todo el país. El día de Aragón en nuestra comunidad. San Valero y el cinco de marzo en Zaragoza. Y las innumerables festividades locales en todos y cada uno de los pueblos de España.

Bajando de nivel en esta escala de conmemoración de acontecimientos pasaríamos a las fiestas de los barrios, las celebraciones familiares y el recuerdo individual de los cumpleaños de cada cual.

Está claro pues que nos encanta reencontranos, hacer piña, juntarnos con la excusa que sea para disfrutar del recuerdo de cualquier evento significado y recordarnos que, a pesar del paso del tiempo, todavía estamos vivos y que gozamos con el disfrute de la compañía de los demás.

Pero yo añadiría otro ámbito más en el campo de las celebraciones. Es el de la esfera individual. La conmemoración de determinados hechos o acontecimientos especialmente significativos para cada uno de nosotros. El logro de determinada meta, los éxitos de algún miembro de la familia, los pequeños retos finalmente superados... A nada que estemos un poco atentos un universo de celebraciones se va configurando a nuestro alrededor.

Y realizando un ejercicio de imaginación, podríamos incluso plantear el modelo "celebración ampliada" que no se restringe a un solo día sino que se alarga durante el periodo temporal que cada cual establezca. Recuerdo que cuando me iba a jubilar decreté para mi mismo dos meses de celebración con anterioridad a la fecha establecida.

Ahora mismo también me encuentro en plena celebración. He conseguido superar los 500 días sin fallar en mi aprendizaje del inglés a través de Duolingo. Un hecho del que me congratulo y que quería compartir con vosotros.

A nada que hurguemos enseguida encontraremos mil y un motivos para reafirmarnos en el disfrute de la vida, en el recuerdo de que sólo el hecho de existir constituye ya un auténtico regalo.

1 comentario:

  1. Cada día nos sorprendes más con tus bellos relatos. Pondría una celebración que siempre tuvo un significado especial, las fiestas de Uncastillo, quizá por la respuesta de una comunidad pequeña o porque el jolgorio era grande, o porque éramos más jóvenes y con muchas ganas de juerga. Al fin y al cabo, toda celebración tiene su motivo bueno,.... De que se va avanzando y consiguiendo metas, es bueno autoanimarse para hacer cosas, Un saludo, José Luis.

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