Hoy traigo al blog las desoladoras imágenes del estado actual del pinar de Villamayor. Como puede verse en las fotografías, muchos de estos ejemplares lo están pasando realmente mal. Otros ya se han secado. La gran mayoría presentan un aspecto poco saludable.
Las fotos están tomadas después de las últimas lluvias, pero el estrés hídrico que han sufrido los árboles con anterioridad les imposibilita, en la práctica, su recuperación.
No sólo eso, sino que la procesionaria campa ahora por sus anchas y también está atacando de manera inclemente a todos los pinos.
Sirvan estas consideraciones como otro toque de alerta ante la extrema gravedad que está tomando la evolución del clima en nuestro planeta. Quizás no somos conscientes de ello en las ciudades donde la cubierta vegetal tiene casi siempre asegurado el riego y hacemos crecer las plantas de forma artificial.
No ocurre lo mismo con los cultivos de secano. Allí las fluctuaciones naturales del clima deberían proveer temporadas secas y húmedas en la cadencia adecuada para que las plantas no desfallezcan. Esto ya no sucede así y, se confirma que los últimos tres años han sido los más calurosos en el planeta desde que existen registros de la temperatura.
Sí, amigos. Son ya muchos los indicadores de que la situación comienza a ser alarmante. Basta con darse un paseo por los secanos de los alrededores de Zaragoza para confirmarlo.
En mi otra entrada de septiembre de 2017 ya hablaba de la preocupante situación de los vencejos y los insectos. Ahora es una especie vegetal la que se une a la lista de damnificados...
Ahora empezamos a valorar lo que es la lluvia, la sequedad nos inquieta y nos asustamos con la posibilidad de que nuestro entorno se desértice.Humedad y olor a lluvia, esa sensación que echamos de menos bastante amenudo. No sé si algún día los gobernantes se tomarán con seriedad el problema causado por el cambio climático. Saludos para el señor observador de la natura.
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