Estos días navideños se prestan a la concordia y al cultivo de las emociones positivas. Son días de convivencia, de comidas en familia, de charla tranquila y distendida. También de visionado en grupo de programas de televisión...
Y es allí, cuando nos ponemos enfrente de nuestro receptor, cuando empezamos a afinar la puntería en lo que respecta al talante y los valores que muestran los dirigentes de las naciones que conforman el globo.
Difícil calificar como hombre de buena voluntad, por ejemplo, al amigo Trump. Con sus declaraciones beligerantes y su talante bronco, la mayoría de sus manifestaciones se dan de tortas con lo que debería ser un hombre con visión de estado y buenos sentimientos. Más bien al contrario, este señor se mantiene un día si y otro también en sus trece. No se permite una tregua ni siquiera en navidad. Para mi gusto representa la antítesis de un hombre de buena voluntad. No sé si en algún momento su espíritu albergará paz.
Vladimir tampoco se queda atrás. Tanto por sus manifestaciones como por sus hechos, pocos resquicios quedan para considerarlo un hombre bueno. También quedaría descartado para la liga de personas de buena voluntad.
De Xi Jinping tengo pocas referencias. No puedo, por tanto hacer un pronóstico de cuáles son sus sentimientos y sus ideas respecto a su amor por el resto de la humanidad. Le damos, de momento, un margen de maniobra.
He citado estos tres dirigentes por ser representativos de potencias mundiales, pero podríamos ir analizando una por una todas y cada una de las personas que, a fecha de hoy, detentan el poder en los países del planeta ¿Cuántas quedarían englobadas en el capítulo de gente con sentimientos y valores rectos?
Me consta que, por ejemplo, José Mújica era uno de ellos. Tanto por sus declaraciones como por su estilo de vida, trasladaba con claridad el mensaje de paz y concordia para el resto de la humanidad. Un buen ejemplo de un dirigente con valores morales apropiados...
Con estas reflexiones pretendo resaltar la vital importancia de elegir con acierto a las personas que marcan el destino de las naciones. ¿A cuáles de nuestros dirigentes nacionales y autonómicos podríamos considerar hombres -o mujeres- de buena voluntad?
Acertado e interesante artículo, José Luis,A estos hombres les importa un pito la buena voluntad, y lo lamentable es que en las votaciones se les de opción de gobernar.Con la buena voluntad se pueden arreglar muchas cosas,...Y se puede convivir, con la amenaza y la desconfianza es difícil.En estos tiempos añoramos personas como el señor Mujica que te enseñen buenos senderos.,Un saludo, José Luis.
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