Pasados los 60 es inevitable, de vez en cuando, hacer repaso de lo que ha sido la trayectoria personal de uno, el camino recorrido y las decisiones tomadas.
Es curioso, pero -al menos en mi caso- el énfasis se pone no tanto en el recuerdo de lo que ha sido la vida propia sino en lo que podía haber sido en caso de haber tomado otras elecciones.
La vida es, por así decirlo, unidireccional. Sabes al punto al que has llegado pero resulta imposible saber qué hubiera ocurrido si hubieras optado por otros caminos diferentes. Cuando se toma un trayecto, los otros quedan automáticamente descartados.
¿Qué hubiera ocurrido si hubiera estudiado en otro centro educativo? ¿Y si me hubiera decantado por otra opción profesional?
¿Qué hubiera pasado si en lugar de casarme hubiera decidido permanecer soltero? ¿Y si hubiera elegido otra pareja? ¿Cómo sería ahora mi vida?
Aunque puestos a pensar, podemos ir más hacia atrás (lo cual resulta ya más complicado) y preguntarnos: ¿Cómo sería yo si hubiera nacido en otra familia? Y la pregunta definitiva: ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera existido?
Imposible saberlo, amigos. Sólo nos está permitido un recorrido, un viaje. Quizás si -como algunos proponen- el universo es infinito en otros planetas de lejanísimas galaxias se hayan materializado en mis otros yo todas las elecciones que no he podido hacer.
El infinito da mucho juego.
El rol de cada uno, una circunstancia con mezclas de destino.Eso ha ocurrido y suponer como hubiera sido tu obra de teatro con otras derivadas pues....No está mal, en el fondo la imaginación manda y es la dueña de la recreación. Saludos de Javier
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