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En este caso, mi primera conversación con un compañero de profesión que trabaja en el colegio "La Almozara" nos sirvió a ambos para retomar el hilo conductor que nos relacionaba desde, al menos hace 23 años. También me sirvió a mí para tomar nota de otra forma de disfrute del tiempo de ocio mediante el recorrido de las "vías verdes", las cuales han sido recorridas prácticamente en su totalidad por mi compañero y su familia.
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Las motos de la policía se pusieron en marcha y era de admirar el curioso contraste entre el rodar silencioso de las bicis y el atronador cántico de las potentes máquinas policiales. De nuevo el líder del grupo ajustó el volumen de su amplificador portátil y encaramos el descenso del Paseo Sagasta arropados por la agradable melodía del reproductor autoportado.
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De nuevo se dio la orden para continuar con la "procesión de los sillines" y, enseguida llegamos a la plaza Paraiso. Nueva parada en este enclave para volver a reivindicar el carril bici hasta Torrero y la habilitación de nuevos carriles en los bulevares del Paseo Independencia. A esas alturas, algunos conductores de coches ya se empezaban a impacientar y los más ansiosos comenzaban, también a tocar el cláxon con insistencia. Los organizadores habían previsto esta contingencia y -reaccionado con rapidez- comenzaron a entonar -a modo de contrataque- algunos cánticos que más tarde se repetirían: ¡La gasolina... contamina! ¡Menos pitar y más pedalear!, etc.
Emprendimos luego el ascenso otra vez por Sagasta hasta el barrio de Torrero. Recorrimos varias calles entonando alegres consignas y, finalmente llegamos hasta la antigua cárcel donde finalizó la marcha.
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Todavía nos quedó tiempo para girar una visita a la transformada cárcel y no pude menos que pensar que aquellos muros habían sido testigos de muchas privaciones de libertad, algunas condenas injustas y, desgraciadamente quizás también alguna ejecución. Sin embargo ahora todo ello había sido sustituído por una nueva organización y unos nuevos ocupantes que, como decía al comienzo de esta crónica a mí me parecen gente maja y enrollada.
Veo que te lo pasaste muy bien; allí se juntan los alternativos, los que nos queremos desmotorizar y que estamos viviendo el boom de la bicicleta y que no tiene marcha atrás. Críticas hay muchas de la gente paseante pero todo se debe por la conducta de algúnos loqueras que son los que crean la opinión negativa. La ciudad está preparada para cambiar el ritmo de vida y de paso nos volvemos bucólicos, paseantes y orgullosos de los rincones de la ciudad de zaragoza. Un abrazo de Javier.
ResponderEliminarHola soy de Mexico y pues que bien por lo que hacen yo tambien opinaria que aqui lo hicieramos pero yo creo que va para largo felicidades y ojala algun dia estemos como por ejemplo en Holanda mi correo juangr_10rios@hotmail.com
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario juangr. Si vienes por España no dejes de pasar por Zaragoza. Un cordial saludo. JL Pueyo
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