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jueves, 3 de octubre de 2024

Hablar con una máquina

 Llevo ya varios meses intentando que me domicilien el pago de un teléfono Simyo.

En teoría la gestión ya debería haberse resuelto satisfactoriamente puesto que varias operadoras me aseguraron que la gestión ya estaba hecha correctamente. 

Pero resulta que mes tras mes recibo el mismo correo electrónico indicándome que tengo pendiente de pago la factura del dichoso teléfono. 

Después de hablar en innumerables ocasiones con un contestador automático he llegado a la conclusión que la gestión de "mi caso" la lleva la inteligencia artificial de la compañía.

Como mi consumo mensual es bastante limitado estoy seguro que Simyo ya ha realizado una criba entre clientes que gastan más y los pobrecicos que no tenemos donde caernos. 

Por lo visto a la compañía no le sale a cuenta tenernos como clientes y seguro que la IA ya le ha aconsejado que no nos hagan ni caso. 

Le estoy dando vueltas a cómo luchar contra una inteligencia artificial. Desde luego introducir el factor humano es lo que más la desbaratará, seguro. 

Pero tendré que afinar porque los algoritmos cada vez son más sofisticados. Casi aseguraría que Simyo dispone ya de mi perfil de personalidad mis intereses y mis emociones básicas.

No sé si saldré o no victorioso pero quiero dar la batalla.

viernes, 27 de septiembre de 2024

200.000 millones

Aca acabo de leer en El País un artículo sobre el gran poderío económico de los magnates tecnológicos de los Estados Unidos; los que pertenecen al selecto club de los 200 mil millones de dólares.

Para un vulgar y corriente mortal como yo esa cantidad astronómica me parece inconcebible ¿Cómo puede alguien disponer de una cantidad tan inconmensurable de dinero?

En mi empeño por recordar con precisión magnitudes cósmicas también me quedé con el número de estrellas que alberga nuestra galaxia: 200.000 millones.

Esta coincidencia en los dígitos de la abundancia tiene que encerrar, a mí entender, algún misterio oculto. 

Que los ricos del mundo tengan tanto dinero como estrellas hay en nuestra galaxia nos empuja a darnos de bruces con la realidad de la insignificancia de los de a pie. Tanto en el plano económico como en el astronómico. 

Todo esto da que pensar.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

El misterio de la vida

 Hay ciertas cuestiones que rondan por nuestras cabezas prácticamente desde que nacemos. 

El asombro ante la exuberante demostración de la vida en nuestro planeta es una de ellas.

Pero solo cuando te vas haciendo mayor te haces cargo de verdad de la profundidad de estos misterios. 

La vida en sus diferentes presentaciones es ubicua aquí en la tierra. 

¿Qué sentido -si se puede utilizar este término- o qué finalidad tiene esta abundancia vital tan extrema?

Ahora voy cogiendo perspectiva de las dimensiones y el enorme número de objetos en continua danza orbital en nuestro sistema solar. 

Que se sepa, por el momento, en ninguno de ellos florece la vida al estilo de nuestro planeta. 

Bien es cierto que la situación es cambiante a muy largo plazo y quizás si añadimos unos cuantos millones de años en alguno de nuestros planetas vecinos tal vez la vida también pudiera aparecer.

En este sentido uno no puede menos que preguntarse: ¿Hacia donde nos conduce esta abrumadora demostración de fuerza de la vida con su irrefrenable deseo de perpetuarse?

¿Cómo habrá evolucionado todo de aquí a, por ejemplo, un millón de años?

Preguntas y más preguntas.

Seguiré con estas cuestiones en próximas entradas.


jueves, 19 de septiembre de 2024

Un mundo invisible

 Esta mañana he estado con Jorge; gran aficionado al mundo de los murciélagos, con el que ayer estuvimos colocando dos receptores de ultrasonidos en mi parcela de terreno de Villamayor.

Cuando él me aseguraba que los aparatos seguramente grabarían los sonidos de los bichos, yo, la verdad, no las tenía conmigo. En mis idas  y venidas a Villamayor nunca he tenido la ocasión de vislumbrar ninguno de estos quirópteros.

De manera que cuando hoy Jorge ha retirado las tarjetas SD de los aparatos mis expectativas sobre el éxito de la operación eran más bien escasas.

Pero hete aquí que ya desde el atardecer, sobre las 20:30 hasta el amanecer el detector ha comenzado a mostrar las gráficas de distintas frecuencias de emisión producidas por los ultrasonidos que emiten estos bichitos.

¡Nada menos que 7 especies diferentes de murciélagos han pasado cerca del detector! y todos ellos han quedado registrados en función del particular sonido que emiten.

De manera que, de un plumazo, ha quedado claro que todos esos seres no sólo existen sino que todas las noches -aunque no los haya visto- rondan por mi parcela.

El mundo perceptivo en el que nos movemos es muy estrecho. Con el factor añadido de que nuestros órganos sensoriales están también limitados por nuestra capacidad de atención y discriminación.

Ver murciélagos como ver rebollones o abejas transportando polen requiere cierto entrenamiento. Si además estos seres son capaces de emitir o captar sonidos en rangos que escapan de las capacidades humanas todo un complejo mundo de interacciones escapa de nuestra esfera perceptiva.

Lo que aquí comento referido a los sonidos también es extensible a la visión, al olfato, al gusto y al tacto, además de otros órganos perceptivos (como los detectores de magnetismo) del que sólo disponen un número limitado de animales.

Existen un montón de mundos invisibles a los que no tenemos acceso por las limitaciones de nuestros órganos sensoriales. Y existen un sinnúmero de ondas y frecuencias que sólo podemos captar a través de aparatos que nos las entregan en un rango visual o audible a escala humana.

Además de todo ello, está el mundo de lo más grande y de lo más pequeño. No lo vemos con nuestros propios ojos pero existe.

Cuando uno toma conciencia de todo ello se va afianzando la conciencia de que, al fin y al cabo toda nuestra existencia discurre en un entorno muy estrecho y limitado quedando el resto de los mundos, para siempre, fuera de nuestro conocimiento.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Las escalas

 A raíz de mi iniciativa del viaje virtual por el sistema solar he podido comprobar lo poco acostumbrados que estamos los humanos a manejarnos en escalas que habitualmente no son las nuestras.

He aquí algunos ejemplos: 

Ahora termino de regar en mi parcela de Villamayor. Nunca imaginé que podría disponer libremente de una cantidad tan enorme de agua como la que ha estado bajando por la acequia.

La escala en el uso del agua en los pueblos de secano era muy limitada. 

Veo el desarrollo que lleva la cohetería espacial y más singularmente el programa starship de Elon Musk.

Al margen de las ideologías que yo no comparto con él, ese tío sí que piensa a gran escala.

Imaginaos un cohete de casi 130 metros de longitud y un diámetro de 9 metros. 

Lo más grande a lo que yo estaba acostumbrado era a los cohetes de las fiestas del pueblo cuya longitud no superaba el metro y el diámetro vendría a ser unos 3 centímetros. 

Luego está todo el tema de los planetas y satélites del sistema solar. 

Los satélites más pequeños de Saturno tienen dimensiones semejantes a la distancia que hay entre mi pueblo y Sádaba o entre mi pueblo y Ejea. Otra barbaridad que nunca me había imaginado. 

A nivel de proyectos de vida también se produce el fenómeno de las escalas y a los que hemos nacido en una familia humilde nunca se nos ha ocurrido pensar que podríamos emprender iniciativas a escalas de las grandes empresas.

Ahí van esta reflexiones rápidas. 

El tema da mucho más de sí. Seguro que más adelante encontraré algún momento para profundizar. 

Saludos desde este retorno al blog Mi Periplo


domingo, 11 de junio de 2023

¡Pregúntale a la Inteligencia Artificial!


Acabar con el medio ambiente es la forma más rápida de acabar con la sociedad.


 Si algo estoy echando en falta en toda esta avalancha de informaciones (y desinformaciones) sobre la Inteligencia Artificial (IA) es una explicación clara y sencilla de cómo se está articulando esta novedosa tecnología.

Así, a grandes rasgos, creo entender que los programadores han logrado un triple reto: por una parte conseguir que las máquinas recopilen en cuestión de segundos la información más relevante sobre cualquier tema que les preguntes y, me da la impresión de que también en cualquier idioma.

En segundo lugar decidir qué información es relevante y cual no con el objeto de configurar una respuesta que sea la síntesis de todas las posibles contestaciones

Finalmente, los expertos han sabido adaptar el lenguaje humano al lenguaje binario de tal manera que -salvo algún error de bulto- los ordenadores van a entender la forma en que preguntas las cosas.

Con todo, me imagino que la clave está -como suele ser habitual- en los detalles.

¿Que sitio queda para las respuestas imaginativas y la creatividad?

¿Por qué no se explica con claridad el procedimiento que eligen los algoritmos para filtrar la información?

Se debería explicar asimismo el proceso que siguen las máquinas cuando ofrecen resultados erróneos o absurdos.

Por hacer otra prueba le he pedido a la IA que escriba un artículo sobre si misma. Esto me ha contestado:

La inteligencia artificial (IA) es una disciplina y un conjunto de capacidades que permiten a las máquinas imitar la inteligencia humana para realizar tareas y mejorar con la experiencia. La IA se aplica en muchos ámbitos de la vida cotidiana, como el comercio, las búsquedas en la web, los asistentes personales digitales y la salud. La IA también plantea desafíos éticos y sociales que requieren una regulación adecuada.

La IA se puede clasificar en dos tipos: la IA débil y la IA fuerte. La IA débil es la que existe actualmente y se ocupa de realizar tareas específicas, como el reconocimiento de voz o el juego de ajedrez. La IA fuerte sería una IA que excediese las capacidades humanas y que pudiera razonar, aprender y crear de forma autónoma.

La IA se basa en algoritmos que procesan datos y responden a ellos. Estos algoritmos pueden aprender de diferentes formas, como el aprendizaje automático, el aprendizaje por refuerzo, el aprendizaje profundo o el aprendizaje supervisado. La IA también utiliza redes neuronales artificiales que intentan replicar los circuitos neuronales del cerebro humano.

Lo veo sencillo, lógico y bien redactado. Aunque...

Es evidente que el tema se presta a muchos enfoques ¿Os imagináis un artículo que denoste la IA?

¿Qué puede pensar sobre la IA un muchacho que viva en una aldea de ... Níger,  por ejemplo?

¿Y qué nos diría la IA sobre este chico?

Ya veis, amigos. Un montón de preguntas se plantean al hablar sobre estas cuestiones.

Yo, de momento me voy a ir entrenando para conocer más a fondo esta tecnología.

¡Hasta el próximo domingo!

domingo, 4 de junio de 2023

Asilvestrando la parcela de Villamayor


Si te gusta el canto de los pájaros no compres jaulas, planta árboles.


 Hace ya 17 años que adquirí una pequeña parcela de unos 600 metros cuadrados en Villamayor. Durante ese tiempo he puesto toda mi ilusión y empeño en intentar conseguir que los árboles frutales me obsequien con sus deliciosos productos; que las parras me ofrezcan el rico moscatel o que las higueras y el granado me alegren el otoño con su cosecha.

Los esquemas que yo traía venían de mi época de niño cuando acompañaba a mi padre y le ayudaba en las faenas agrícolas. El modo de trabajar la tierra era, por tanto, el convencional; cuidando siempre, por supuesto, que la tierra estuviera labrada y haciendo frente continuamente a las "malas hierbas" y a las plagas y abonando con profusión con abonos inorgánicos.

A raíz de disponer en la parcela de unas cuantas colmenas, enseguida me di cuenta que ese tipo de actuaciones no tenían mucho sentido si lo que yo quería era obtener miel de forma natural y fruta sin ningún tipo de contaminante.

Las abejas necesitan flores para subsistir. Enseguida me di cuenta de que si araba continuamente el terreno, la diversidad vegetal, sencillamente, desaparecía.

La parcela cuenta asimismo con una pila de agua que solía utilizar como depósito para cuando tuviera que regar. Allí todo mi empeño consistía en intentar que la poza estuviera siempre limpia e inmaculada para, de esa manera, poder regar con una motobomba

Los trabajos de arar la tierra y sulfatar siempre me parecieron muy fatigosos. Otro factor más que me fue llevando a cambiar mis esquemas de cómo cultivar el terreno.

Hace ya 4 años que he decidido no labrar. Dejo que la vegetación crezca de forma natural y si la hierba es muy alta le doy un corte con el corta-céspedes poniendo cuidado en dejar áreas con las flores de cada estación.

Desde luego a las mariposas les ha gustado la iniciativa. Cada vez veo más especímenes por la parcela.

En el estanque puse unos peces que se han reproducido y que me lo mantienen en perfecto estado de revista. No se ve ni un solo mosquito porque ellos dan buena cuenta de cualquier insecto que osa aterrizar en el agua.

Pronto vinieron también las ranas. Oirlas croar me retrotrae a esa infancia que cada vez queda más lejana.

Hace años que no fumigo los árboles. Como menos fruta pero puedo hacerlo directamente del árbol sin lavarla ni nada. Últimamente se ven muchas mariquitas que, de forma natural, se ocupan de los pulgones.

Las aves también me acompañan con sus cantos. Yo creo que saben que en la parcela está vetada cualquier tipo de actuación que pueda perjudicarlas. Las tórtolas, palomas y gorriones han anidado en varias ocasiones y han sacado adelante sin ningún problema a su prole. 

Al principio sólo tenía árboles que dieran algún fruto pero, últimamente me gusta plantar también árboles de sombra y, a ser posible, que sean melíferos. En el estanque he puesto anea que conseguí reproducir mediante semillas. Los peces y las abejas disfrutan un montón zigzagueando entre sus tallos.

El abono me lo proporcionan las lombrices. Todos los deshechos orgánicos que solíamos tirar a la basura se los llevo a ellas para que se alimenten ¡No veáis cómo se reproducen!

Finalmente he dispuesto un sistema de riego por goteo desde unos depósitos que se llenan con agua de lluvia o, si pasa mucho tiempo sin llover, con agua de la acequia. Este año me he dado cuenta que con relativamente poca agua puedo cultivar un pequeño huerto que me obsequia con productos más que suficientes para los dos que somos ahora de familia.

De manera que la idea de asilvestrar me está encantando. Rewild que dicen los ingleses.

Echadle un vistazo también a este reportaje visual titulado "¿Qué busca el reasilvestramiento?

Ya estoy dándole vueltas a cómo perfeccionar esta iniciativa ¿Quizás poner también unas gallinas?

Para mi gusto no hay tarea más reconfortable y gratificante que alimentar la vida sea del tipo que sea.